miércoles, 31 de octubre de 2007


Capítulo 5.

El coronel, como todos los viernes, fue a esperar la jubilación, pero como estaba lloviendo esperó en el consultorio de Don Sabas.
Don Sabas le dio algo para beber; luego, el coronel y la esposa de Don Sabas empezaron a hablar de la muerte. Poco después, Don Sabas y el coronel siguieron la convesación a solas y Don Sabas le dijo: –¿por qué no vendes ese gallo.? a lo que el coronel respondió :– no, por que se acercan las peleas de gallos.
Don Sabas opinó que si lo vendiera, tendría doble beneficio porque se sacaría un dolor de cabeza y tendría $900 en el bolsillo .
Luego de la convesación, el coronel fue corriendo hacia la oficina de correo ya que llovía mucho. Una vez allí, preguntó si estaba su carta, pero no estaba.
Luego fue a su casa y encontró que su mujer había preparado mazamorra. El preguntó:-¿y la mazamorra? a lo que su esposa contestó:-los chicos trajeron mucho maíz para el gallo.
Al día siguiente, el coronel no encontró a su esposa en casa desde temprano; ella, después de unas horas volvió, y el coronel preguntó:-¿dónde estabas?......:—con el padre Ángel, le pregunté si podíamos vender los anillos de casamiento – ¿y que te dijo?—que era pecado.
Antes de acostarse a dormir el coronel dijo: –voy a vender el gallo a $900 a Don Sabas.

Damián

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